Londres 1899 - Los Ángeles 1980
Hitchcock fue ante todo un gran manipulador. ¿Acaso no le confesó a Truffaut que prefería la dirección del espectador antes que la dirección de actores?
Hijo de comerciantes, educado en una escuela católica, Alfred Hitchcock debuta en el cine como grafista. Ejerce distintos oficios, aunque ya estaba decidido a hacer carrera en Hollywood, cuyo nivel técnico le fascina. Tras una estancia profesional en Alemania, hace su debut como realizador: El enemigo de las rubias (1926), variación sobre el tema de Jack el Destripador y del falso culpable, reúne ya todas las características del cineasta, así como buena parte de sus obsesiones. Este éxito, seguido del de La muchacha de Londres (1929), primera película europea hablada, parece señalarle el camino a Hitchcock.
En efecto, tras la opereta Valses de Viena (1934), decide consagrarse únicamente a tratar el tema criminal, del crimen de baja estofa al espionaje. El hombre que sabía demasiado (1934), seguido de Treinta y nueve escalones (1935), dos éxitos internacionales, confirman lo acertado de su elección. A la espera de trasladarse a Hollywood, Hitchcock llama a Inglaterra a actores americanos como Robert Young (El agente secreto, 1936) o Sylvia Sidney (La mujer solitaria, 1936). Tras un final de carrera británica en la que acumula éxitos (Inocencia y juventud, 1937; Alarma en el expreso, 1938; Posada Jamaica, 1939), Hitchcock se instala en Hollywood, con un contrato con el productor independiente David O. Selznick.
La colaboración con Selznick será tensa, pero fructífera. El productor es intervencionista. El director, testarudo y preocupado por la integridad de su trabajo, aprende a filmar únicamente lo esencial, dejando muy poca libertad a quien se encarga del montaje después de él. Selznick obtiene importantes beneficios y lo "presta" a diversos estudios. Pero Hitchcock posee una imagen tan poderosa que tan sólo le proponen temas que están en su línea. Así es como vuela de éxito en éxito, cosechando el Oscar para Selznick y sus colaboradores. Sus películas son siempre brillantes, aunque el realizador privilegie alguna de ella en particular (Sospecha, 1941, será siempre una de sus preferidas). Es Selznick quien lo pone en contacto con otra de sus personalidades bajo contrato, Ingrid Bergman, para actuar en Recuerda (1945): Hitchcock descubre en ella a la intérprete femenina soñada, que utilizará nuevamente en dos películas admirables (Encadenados, 1946; Artomentada, 1949) y con la que a menudo intentará volver a trabajar, aunque sin éxito. Encadenados también es protagonizada por Cary Grant, a quien Hitchcock había conocido con Sospecha y que será, junto con James Stewart, su actor preferido. Encadenados, en la que una intriga palpitante de espionaje enmascara una conmovedora historia de amor, será la obra cumbre de una carrera que cuenta con varias obras maestras.
Al finalizar su contrato con Selznick, Hitchcock pone en marcha su propia productora y encarga la distribución a la Warner Bros. Aprovecha las circunstancias para experimentar con nuevas técnicas: La soga (1948) es realizada con una docena de planos secuencia que, unidos, parecen formar uno solo en tiempo real. Hitchcock experimenta igualmente en el otro sentido, es decir, con un montaje troceado y planos muy breves, casi subliminales (Psicosis, 1960). Su asociación con la Warner Bros produce, entre otros, Atormentada, un fracaso comercial, y Extraños en un tren (1951), que cosecha el éxito.
Posteriormente, Hitchcock se asocia con la Paramount. Gozará de una libertad de acción inédita hasta entonces. En el espacio de unos años, Hitchcock, en la cima de su creatividad, aborda todos los matices del suspense: la proeza técnica del decorado único (La ventana indiscreta, 1954), la comedia (Atrapa a un ladrón, 1955), el remake (El hombre que sabía demasiado, 1955), el mundo onírico (Vértigo: De entre los muertos, 1958) y el filme de persecución (Con la muerte en los talones, 1959, realizada con la M-G-M). Para finalizar con una pequeña experiencia realizada con las técnicas novedosas y ligeras de la televisión y que se convertiría en el mayor éxito de su carrera, Psicosis. Pocas películas han sido tan influyentes como esta última y han suscitado tantas variantes e imitaciones, entre ellas el remake plano realizado por Gus van Sant en 1999.
Hijo de comerciantes, educado en una escuela católica, Alfred Hitchcock debuta en el cine como grafista. Ejerce distintos oficios, aunque ya estaba decidido a hacer carrera en Hollywood, cuyo nivel técnico le fascina. Tras una estancia profesional en Alemania, hace su debut como realizador: El enemigo de las rubias (1926), variación sobre el tema de Jack el Destripador y del falso culpable, reúne ya todas las características del cineasta, así como buena parte de sus obsesiones. Este éxito, seguido del de La muchacha de Londres (1929), primera película europea hablada, parece señalarle el camino a Hitchcock.
En efecto, tras la opereta Valses de Viena (1934), decide consagrarse únicamente a tratar el tema criminal, del crimen de baja estofa al espionaje. El hombre que sabía demasiado (1934), seguido de Treinta y nueve escalones (1935), dos éxitos internacionales, confirman lo acertado de su elección. A la espera de trasladarse a Hollywood, Hitchcock llama a Inglaterra a actores americanos como Robert Young (El agente secreto, 1936) o Sylvia Sidney (La mujer solitaria, 1936). Tras un final de carrera británica en la que acumula éxitos (Inocencia y juventud, 1937; Alarma en el expreso, 1938; Posada Jamaica, 1939), Hitchcock se instala en Hollywood, con un contrato con el productor independiente David O. Selznick.
La colaboración con Selznick será tensa, pero fructífera. El productor es intervencionista. El director, testarudo y preocupado por la integridad de su trabajo, aprende a filmar únicamente lo esencial, dejando muy poca libertad a quien se encarga del montaje después de él. Selznick obtiene importantes beneficios y lo "presta" a diversos estudios. Pero Hitchcock posee una imagen tan poderosa que tan sólo le proponen temas que están en su línea. Así es como vuela de éxito en éxito, cosechando el Oscar para Selznick y sus colaboradores. Sus películas son siempre brillantes, aunque el realizador privilegie alguna de ella en particular (Sospecha, 1941, será siempre una de sus preferidas). Es Selznick quien lo pone en contacto con otra de sus personalidades bajo contrato, Ingrid Bergman, para actuar en Recuerda (1945): Hitchcock descubre en ella a la intérprete femenina soñada, que utilizará nuevamente en dos películas admirables (Encadenados, 1946; Artomentada, 1949) y con la que a menudo intentará volver a trabajar, aunque sin éxito. Encadenados también es protagonizada por Cary Grant, a quien Hitchcock había conocido con Sospecha y que será, junto con James Stewart, su actor preferido. Encadenados, en la que una intriga palpitante de espionaje enmascara una conmovedora historia de amor, será la obra cumbre de una carrera que cuenta con varias obras maestras.
Al finalizar su contrato con Selznick, Hitchcock pone en marcha su propia productora y encarga la distribución a la Warner Bros. Aprovecha las circunstancias para experimentar con nuevas técnicas: La soga (1948) es realizada con una docena de planos secuencia que, unidos, parecen formar uno solo en tiempo real. Hitchcock experimenta igualmente en el otro sentido, es decir, con un montaje troceado y planos muy breves, casi subliminales (Psicosis, 1960). Su asociación con la Warner Bros produce, entre otros, Atormentada, un fracaso comercial, y Extraños en un tren (1951), que cosecha el éxito.
Posteriormente, Hitchcock se asocia con la Paramount. Gozará de una libertad de acción inédita hasta entonces. En el espacio de unos años, Hitchcock, en la cima de su creatividad, aborda todos los matices del suspense: la proeza técnica del decorado único (La ventana indiscreta, 1954), la comedia (Atrapa a un ladrón, 1955), el remake (El hombre que sabía demasiado, 1955), el mundo onírico (Vértigo: De entre los muertos, 1958) y el filme de persecución (Con la muerte en los talones, 1959, realizada con la M-G-M). Para finalizar con una pequeña experiencia realizada con las técnicas novedosas y ligeras de la televisión y que se convertiría en el mayor éxito de su carrera, Psicosis. Pocas películas han sido tan influyentes como esta última y han suscitado tantas variantes e imitaciones, entre ellas el remake plano realizado por Gus van Sant en 1999.
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| Alfred Hitchcock en el rodaje de Los pájaros (1963) |
Quizás tanto éxito acabará por cansar a la crítica, que empezó a mostrarse más recalcitrante. En primer lugar con Los pájaros (1963), una proeza tecnológica y una parábola apocalíptica cargada de sentido. Y después con Marnie, la ladrona (1964), una película ciertamente más cercana a la estética de los años 40, pero que no deja de ser la última obra maestra del cineasta. En la Universal, con la que se ha asociado desde Los pájaros, Hitchcock atraviesa un declive progresivo, pese a que ninguna de sus películas carece de interés. Experimenta un periodo de dudas y vacilaciones. Su vuelta a Inglaterra, para Frenesí (1972) desemboca sin embargo en un éxito original, repleto del humor y de virtuosismo.
Aunque se le haya reconocido siempre a Hitchcock un dominio de la forma, también se le ha reprochado con frecuencia que lo aplique a temas triviales. El trabajo de los críticos franceses de los años 1950 (Chabrol, Truffaut, Rohmer) ha permitido revelar la fantástica profundidad de su universo. En efecto, el cineasta ha sabido utilizar el cine para crear un universo mental que cada espectador puede descifrar a su manera, y que remite a las cuestiones cruciales de la propia existencia (la pareja, los demás, la responsabilidad, la sexualidad, la trascendencia).
FILMOGRAFÍA
1925 - El jardín de la alegría (The Pleasure Garden)
1926 - El águila de la montaña (The Mountain Eagle)
1926 - El enemigo de las rubias (The Lodger)
1927 - Downhill
1927 - Easy Virtue
1927 - El Ring (The Ring)
1928 - La mujer del granjero (The Farmer's Wife)
1928 - Champaña (Champagne)
1928 - The Manxman
1929 - La muchacha de Londres (chantaje) (Blackmail)
1930 - Juno y el pavo real (Juno and the Peacock)
1930 - Asesinato (Murder)
1931 - Juego sucio (The Skin Game)
1932 - Mejor es lo malo conocido (ricos y extraños) (Rich and Strange)
1932 - El número 17 (Number Seventeen)
1934 - Valses de Viena (Waltzes From Vienna)
1934 - El hombre que sabía demasiado (The Man Who Knew Too Much)
1935 - Treinta y nueve escalones (The Thirty-Nine Steps)
1936 - El agente secreto (The Secret Agent)
1936 - Sabotaje (La mujer solitaria) (Sabotage)
1937 - Inocencia y juventud (Young and Innocent)
1938 - Alarma en el expreso (The Lady Vanishes)
1939 - Posada Jamaica (Jamaica Inn)
1940 - Rebeca (Rebecca)
1940 - Enviado especial (Foreign Correspondent)
1941 - Matrimonio original (Mr. and Mrs. Smith)
1941 - Sospecha (Suspicion)
1942 - Sabotaje (Saboteur)
1943 - La sombra de una duda (Shadow of a Doubt)
1944 - Náufragos (Lifeboat)
1945 - Recuerda (Spellbound)
1946 - Encadenados (Notorious)
1948 - El proceso Paradine (The Paradine Case)
1948 - La soga (Rope)
1949 - Atormentada (Under Capricorn)
1950 - Pánico en la escena (Stage Fright)
1951 - Extraños en un tren (Strangers on a Train)
1953 - Yo confieso (I Confess)
1954 - Crimen perfecto (Dial M for Murder)
1954 - La ventana indiscreta (Rear Window)
1955 - Atrapa a un ladrón (To Catch a Thief)
1955 - Pero, ¿quién mató a Harry? (The Trouble With Harry)
1956 - El hombre que sabía demasiado (The Man Who Knew Too Much)
1957 - Falso culpable (The Wrong Man)
1958 - De entre los muertos (Vertigo)
1959 - Con la muerte en los talones (North by Northwest)
1960 - Psicosis (Psycho)
1963 - Los pájaros (The Birds)
1964 - Marnie, la ladrona (Marnie)
1966 - Cortina rasgada (Torn Curtain)
1969 - Topaz
1972 - Frenesí (Frenzy)
1976 - La trama (Family Plot)
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