domingo, 21 de julio de 2013

DIRECTORES: Charles Chaplin

¿El primer autor?
Londres 1889 - Corsier-sur-Vevey 1977

La historia del cine le debe mucho a Charles Chaplin. Fue el primero en reivindicar su condición de autor integral, al concebir, producir, escribir e interpretar sus propias películas, a las que también dotó de música, para después preservar su patrimonio de forma ejemplar. En tiempos en que el nuevo invento todavía era visto con condescendencia, fue uno de los que mejor supo otorgarle credibilidad y dignidad.


Formado en los music-halls londinenses, Charles Chaplin se marcha de gira a Estados Unidos en 1912. A partir de ese momento, los acontecimientos se precipitan: descubierto por Mack Sennett, el especialista de lo cómico, debuta en el cine en 1914, en primer lugar como actor pero muy pronto como realizador. Su ritmo de trabajo es frenético, a la medida de su éxito fulminante, que muy pronto alcanzará repercusión mundial: más de cincuenta realizaciones en cuatro años (1914-1919).

En un principio se trata de comedias de un solo rollo (10 minutos), después de dos, en las que va componiendo con pequeños toques su personaje de eterno vagabundo, con una ambición artística y social crecientes (guiones cada vez más elaborados, coreografía cómica cada vez más compleja y fluida, matices cada vez más serios, temas cada vez más profundos). El que será bautizado como Charlot, se llama a sí mismo "The Tramp" (el vagabundo) una figura fuera del tiempo y del espacio con el que la humanidad entera se sentirá identificada. A lo largo de cortometrajes sumamente elaborados, como Charlot emigrante (1917), Vida de perro (1918) o Charlot soldado (1918), se orienta claramente hacia un enfoque humanista, aunque la seriedad del discurso y la emoción de algunos instantes nunca consiguen frenar su irresistible vena cómica.

En 1919, Chaplin funda, junto con los autores Douglas Fairbanks y Mary Pickford (a los que pronto se sumará el realizador D. W. Griffith), Artistas Asociados, una ambiciosa estructura de la que será el único que se beneficiará plenamente, asegurándose de este modo una independencia artística prácticamente total. Así, por ejemplo, podrá esperar once años antes de producir su primera película sonora en 1940, El gran dictador, sin que eso le perjudique comercialmente.

Es evidente que debía sentirse muy seguro de su arte y de su público para detenerse en pleno éxito, durante dos años enteros, antes de volver en 1921 con el largometraje El chico, un reto hasta entonces inédito para un cómico. El éxito que obtiene, así como la adhesion sin reservas de la crítica, le demuestra que estaba en lo cierto y le permite abrir camino para Buster Keaton, Harold Lloyd e incluso para Jerry Lewis, que seguirán sus pasos. Los gags, realizados gracias a un minucioso trabajo de preparación, se insertan en un modelo narrativo melodramático a lo Charles Dickens: este equilibrio acrobático y elegante entre risas y lágrimas se convertirá a partir de entonces en el sello del arte de Chaplin. Durante dos años más, realizará cortometrajes, (Día de paga, 1922; El peregrino, 1923), pero a menor ritmo.

En 1923, Charles Chaplin sorprende asumiendo un nuevo reto. Va a realizar un melodrama, Una mujer de París, en el que no actuará y que permitirá lucirse a su compañera, la actriz Edna Purviance. Su éxito artistíco impactará de forma notable a los cineastas de aquella época, que tomaran plenamente consciencia del poder de sugestion de la imagen y del montaje. De Lubitsch a Renoir, muchos serán los que citarán Una mujer de París como una obra de referencia. A partir de ese momento, sus películas se convertirán en largometrajes, lentamente concebidos, producidos a un ritmo cada vez menor, pero que invariablemente constituirán un verdadero acontecimiento artístico. La quimera del oro (1925) impacta a los espectadores por el aliento casi épico de algunas escenas. El circo (1928), quizás la más discreta de las grandes obras maestras de Chaplin, se lee como un homenaje a los cimientos mismos del género cómico cinematografico: el Chaplin actor alcanza en esta película, con su lenguaje corporal, una gracia inigualada. Luces de ciudad (1931) representa un paso más en el drama: por un lado la comedia es deslumbrante (los enredos de Charlot con un rico juerguista que ya no se acuerda de él cuando está sobrio), pero igualmente, la emoción, sobre todo al final de la película, durante el reencuentro del vagabundo con la ciega que ha protegido, es igualmente una de las más intensas.

Tiempos modernos (1936), una sátira aguda del maquinismo, y según palabras del propio Chaplin influenciada por el René Clair de ¡Viva la libertad!, será su última película muda. Para El gran dictador (1940), la palabra le es imprescindible: para interpretar por última vez a Charlot, pero igualmente a su doble, Hinkel, una caricatura de Hitler. En el discurso final, vibrantemente pacifita, Chaplin abandona para siempre su traje de Charlot.

Chaplin vuelve al cine bajo los rasgos de Monsieur Verdoux (1947), un asesino de ancianas inspirado en Landru, prolongando su discurso pacifista y disgustando cada vez más a la América biempensante, que le reprocha sus simpatías políticas por la izquierda, así como su reciente boda con una jovencita que habría podido haber sido su nieta. Herido, Chaplin abandona Estados Unidos y regresa a la Inglaterra de sus orígenes. Allí firmará su última gran obra maestra, Candilejas (1952), la historia de un payaso en horas bajas, a través de la cual este hombre universalmente famoso deja traslucir su angustia ante la idea de no lograr hacer reir más . Filmada igualmente en Inglaterra, Un rey en Nueva York (1957) arremete contra el macartismo y contra la civilización creciente de la televisión. Tras casi diez años de ausencia, regresa al cine, también en unos estudios ingleses, para realizar La condesa de Hong-Kong (1966), una comedia sentimental anticuada pero punzante en la que, a través del personaje de una mujer errante, parece reencontrarse con su vagabundo.

FILMOGRAFÍA
(largometrajes)
1921 - El chico
1923 - Una mujer de París
1925 - La quimera del oro
1928 - El circo
1931 - Luces de ciudad
1936 - Tiempos modernos
1940 - El gran dictador
1947 - Monsieur Verdoux
1952 - Candilejas
1957 - Un rey en Nueva York
1966 - La condesa de Hong Kong

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