sábado, 20 de julio de 2013

DIRECTORES: D. W. Griffith

El padre del cine
Floydsfork 1875 - Los Ángeles 1948

David Wark Griffith fue el primero en reunir con una gramática sencilla una serie de inventos visuales y técnicos que, hasta la fecha, estaban dispersos. Con una finalidad obsesiva: contar de la forma más clara posible una historia en imágenes. Desde entonces, el cine ha sido y será siempre "griffithiano".


Huérfano de un padre militar, perteneciente a una familia sudista empobrecida por la guerra de Secesión, poco brillante en la escuela, D. W. Griffith se siente atraído por el teatro, como actor y como escritor. Sin lograr el éxito, sobrevive durante más de diez años actuando en giras de provincia y en algunas ciudades grandes, incluso se ve obligado a llegar a fin de mes vendiendo biblias de puerta en puerta. Casado con la actriz Linda Arvidson, intenta mantener económicamente al matrimonio recurriendo al cine, procurando vender algunas ideas para películas. En un principio actor, es aceptado por la compañía Biograph como guionista, y debuta en 1908 en la realización (lo que era bastante usual en aquella época en el caso de los autores de historias), con The Adventures of Dollie. Permanecerá cinco años en el puesto y realizará 450 películas de una o dos bobinas. El cine supone una revelación para él: lo que podría haber sido una trayectoria mediocre se convierte en marcha triunfal. La calidad narrativa  (aborda infinidad de géneros y adapta numerosos autores clásicos), pictórica e interpretativa singulariza su trabajo. Se convierte en el realizador principal de la firma, cuya producción supervisa personalmente. En un principio con sede en Nueva York, la compañía de Griffith busca intérpretes en el teatro, a menudo jóvenes actores con poca experiencia, que formarán la primera generación de actores de cine: entre ellos destacan Florencie Lawrence (considerada la primera estrella cinematográfica), Mary Pickford, Douglas Fairbanks, Robert Harron, Mae Marsh, Lionel Barrymore, Dorothy y, sobre todo, Lillian Gish, encarnación de su ideal femenino. Griffith traslada su compañía a California hacia 1912.

Intenta ver todo lo que se hace, concretamente en Europa, y reflexiona sobre todo eso, relacionando entre sí las ideas aparentemente más dispares. Al acercar la cámara a los sujetos, inventa el punto de vista cinematográfico. Al renunciar a la salida de los personajes por los lados, sustituida por su salida por el fondo del decorado, rompe con la visión teatral. Al acoplar el que mira con el que es mirado, sienta las bases del montaje. Cada cortometraje alberga una invención, o perfecciona lo existente de forma notable: La casa de las persianas echadas (The House with the Closed Shutters, 1910) y su retrato de la reclusión; La telegrafista de Lonedale (The Lonedale Operator, 1911) y su montaje paralelo; La batalla (The Battle, 1911) y su extraordinario asalto final; Los mosqueteros de Pig Alley (The Muskaters of Big Alley, 1912) y su creación de las películas de gansters. Griffith filma sencillamente, con dos profundidades de plano: un plano de conjunto, en el que el personaje permanece de pie en el decorado, y un plano medio, ideal para la interpretación entre dos personajes, o entre personaje y objeto. El primero interviene generalmente al principio y al final de la escena, mientras que el segundo constituye la esencia del drama. Utiliza los primeros planos (inserción de objetos o de rostros), a modo de una puntuación que confiere ritmo a la escena. Entremezcla con el montaje dos o tres hilos narrativos hasta que acaban por unirse: la amenaza y la futura víctima, los asaltantes y los rescatadores, los sitiadores, los sitiados y los salvadores. Pasa de unos a otros de una forma cada vez más frenética para obtener esos finales palpitantes que se convertirán en su sello personal.

Por aquel entonces, el cine europeo juega con éxito con duraciones de una hora o más, pero la Biograph teme que el público no llegue a concentrarse durante tanto tiempo. Tras realizar Judith de Bethulia (1914) que dura aproximadamente 45 minutos, Griffith, ansioso por probar con un largometraje, abandona la productora cuando su contrato prescribe. Se arriesga con una producción grandiosa, sobre uno de sus temas predilectos, la guerra de Secesión: una saga que narra a lo largo de varios años las existencias entremezcladas de una familia sudista y una familia nordista. El nacimiento de una nación (1915) es una película con una ambición sin precedentes. Griffith reúne en ella todas sus anteriores experimentaciones para crear una antología de cerca de tres horas. El resultado impacta por su poder de sugestión, por su espectacularidad y su ritmo inédito. Al mismo tiempo, la película transmite ideologías contradictorias y provoca un rebrote de racismo en el sur.

Pese al éxito, Griffith, afectado por la polémica que ha engendrado, invierte todos los beneficios que ha obtenido con El nacimiento de una nación en Intolerancia (1916). El tema ya queda expresado en el título. Para abordarlo, Griffith inventa una forma audaz que radicaliza su principio de montaje paralelo: cuatro historias, situadas en épocas distintas (Babilonia, la pasión de Cristo, la San Bartolomé, la época contemporánea), narradas de forma simultánea y que se unen metafóricamente al final de la película. Pese a sus cualidades espectaculares (el episodio babilónico con decorados gigantescos), el carácter experimental de la película desconcierta. Griffith pierde mucho dinero y se ve obligado a arrendar sus servicios como realizador.

Griffith llevará a la pantalla básicamente melodramas, en un primer momento interpretados por la delicada Lillian Gish y después por Carole Dempster. Llevará su arte de la narración y de la dirección de actores hasta la cima. El período de experimentación ha quedado atrás; ha alcanzado ahora la fase de inspiración. Lirios rotos (AKA La culpa ajena) (1919), Las dos tormentas (1920) y Las dos huérfanas (1921) constituyen una trilogía melodramática dotada de una hermosa diversidad pictórica: el barrio chino de Londres anegado por la niebla en la primera; la América rural y urbana retratada en escenas de género tipo Greuze en la segunda; el París revolucionario esbozado con aguas fuertes a lo Gustave Doré en la tercera. La crítica oficial ya considera a Griffith como un vestigio del pasado, aunque el público sigue acogiendo favorablemente sus películas.

El cineasta proseguirá su obra hasta los inicios del cine hablado: Abraham Lincoln (1930) que responde a El nacimiento de una nación magnificando la figura de Lincoln, y La lucha (The Struggle, 1931), que evoca la ley seca y el alcoholismo, uno de los demonios íntimos del cineasta. Podría haberse retirado a su rancho en Kentucky, pero no logra resignarse a abandonar el cine, siempre en busca de un nuevo proyecto. Morirá en una habitación de hotel de Los Ángeles, olvidado por muchos. Lillian Gish y Mary Pickford, sus dos actrices fetiches, estarán presentes en su entierro.

FILMOGRAFÍA
1914 - Judith de Bethulia (Judith of Bethulia)
1914 - La evasión (The Escape)
1914 - Dulce hogar (Home, Sweet Home)
1914 - La conciencia vengadora (The Avenging Conscience)
1915 - El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation)
1916 - Intolerancia (Intolerance)
1917 - Corazones del mundo (Hearts of the World)
1918 - El gran amor (The Great Love)
1918 - Lo más grande en la vida (The Greatest Thing in Life)
1918 - A Romance of Happy Valley
1918 - Sobre las ruinas del mundo (The Girl Who Stayed at Home)
1919 - Lirios rotos AKA La culpa ajena (Broken Blossoms)
1919 - Pobre amor (True Heart Susie)
1919 - Días rojos (Scarlet Days)
1919 - The Greatest Question
1920 - The Idol Dancer
1920 - Flor de amor (The Love Flower)
1920 - Las dos tormentas (Way Down East)
1921 - La calle de los sueños (Dream Street)
1921 - Las dos huérfanas (Orphans of the Storm)
1921 - Una noche misteriosa (One Exciting Night)
1923 - Flor que renace (The White Rose)
1924 - América (America)
1924 - Isn't Life Wonderful
1925 - Sally, la hija del circo (Sally of the Sawdust)
1925 - Crimen y castigo (That Royle Girl)
1925 - Las tristezas de Satán (The Sorrows of Satan)
1928 - Su mayor victoria (Drums of Love)
1928 - La batalla de los sexos (The Battle of the Sexes)
1929 - La melodía del amor (Lady of the Pavements)
1930 - Abraham Lincoln
1931 - La lucha (The Struggle)

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