domingo, 28 de julio de 2013

DIRECTORES: Sergio Leone

El western como ópera barroca
Roma 1929-1989

Hijo del realizador Roberto Leone Roberti y de la actriz Bice Valerian, Sergio Leone participa en la década de 1950 en una sesentena de películas como asistente de realización, especialmente en películas dirigidas en Cinecittà por americanos. 



En 1959, finaliza, en sustitución de Mario Bonnard, enfermo, Los últimos días de Pompeya, escrita por dos fundadores más del western italiano, Duccio Tessari y Sergio Corbucci, y con Enzo Barboni (alias E. B. Clucher, que firmará los últimos avatares del género) como director de fotografía. A esta película histórica, que cuenta un episodio reiteradamente filmado en la época del cine mudo, le sigue otra "histórico-mitológica", que marca el verdadero debut del cineasta, El coloso de Rodas (1961).

Después Leone dirige el segundo equipo de la película de Robert Aldrich, Sodoma y Gomorra (1961). Estas experiencias le permiten especializarse en la desmesura. Afirma un talento barroco y rico en redundancias figurativas. En 1965, en Por un puñado de dólares, que firma como Bob Robertson en homenaje a su padre, transforma en western violento el argumento de Yojimbo, de Akira Kurosawa: el extraordinario éxito internacional de la película consagra su nombre y el de sus colaboradores (el músico Ennio Morricone, los actores Clint Eastwood y Gian Maria Volonté), pero ante todo marca la irrupción clamorosa de un "nuevo" género, que sería explotado durante largos años e imitado por los propios americanos. Sin embargo, es sobre todo a través de sus dos secuelas, en las que aparece el mismo personaje popular del pistolero sin nombre, como Leone elabora su original estilo. La muerte tenía un precio (1966) y El bueno, el feo y el malo (1966) -en la que italianiza a Eli Wallach y Lee Van Cleef-, constituyen la apoteosis de la violencia irracional y la desmitificación intencionada de la historia tradicional del Oeste. Los medios utilizados (a diferencia de la mayoría de los spaguetti western) le permiten una amplitud espacial y una dimensión narrativa poco común, incluso cuando los duelos y los enfrentamientos se producen como meros juegos formales.   

En 1968 dirige su obra más ambiciosa: Hasta que llegó su hora, una elegía sangrienta y espectacular sobre la desaparición del Oeste clásico que amara John Ford (transformando a uno de los actores favoritos de éste, Henry Fonda, en asesino sádico). La película se realiza en el emblemático escenario de Monument Valley con un elenco de estrellas (Charles Bronson, Jason Robards, Claudia Cardinale, Grabiele Ferzetti) y segundas espadas (Woody Strode, Jack Elam, Lionel Stander). Los tonos crepusculares adquieren mayor gravedad en Agáchate, maldito (1972), con Rod Steiger y James Coburn, que contrapone dos "tipos" de aventureros con el trasfondo de la revolución mexicana, con una clara alusión a los últimos días del fascismo musoliniano. Tras ello, produce dos westerns paródicos que se asemejan a una especie de necrológica de toda su obra: Mi nombre es ninguno (Tonino Valerii, 1973) y El genio (Damiano Damiani, 1975). También ejerce de productor de las primeras películas de Carlo Verdone. En 1983 realiza Érase una vez en América, con Robert De Niro, una epopeya sangrienta y nostálgica sobre el gansterismo de los años 30. Leone trabajaba en un proyecto sumamente ambicioso sobre el sitio de Leningrado, cuando, con apenas 60 años, le sorprendió la muerte. Su nombre permanecerá ligado a la fulgurante parábola del western italiano, sobre el que todavía se discuten los efectos, positivos o negativos, y el valor real: innovación, redefinición formal o simple parodia. En realidad, el esplendor visual y la riqueza temática de las películas de Leone ocultan la mediocridad del género en su conjunto.

FILMOGRAFÍA
1961 - El coloso de Rodas (Il colosso di Rodi)
1962 - Sodoma y Gomorra, co. Robert Aldrich
1964 - Por un puñado de dólares  (Per un pugno di dollari)
1965 - La muerte tenía un precio (Per qualche dollaro in più)
1966 - El bueno, el feo y el malo (Il buono, il brutto, il cattivo)
1968 - Hasta que llegó su hora (C'era una volta il west)
1971 - ¡Agáchate, maldito! (Giù la testa)
1984 - Érase una vez en América (Once Upon a Time in America)

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