martes, 13 de agosto de 2013

DIRECTORES: John Cassavetes

Un autor en libertad
Nueva York 1929 - Los Ángeles 1989

En 1959, Shadows, primera película de John Cassavetes, entusiasmó por su tono novedoso, por su estilo cinematográfico directo surgido del nuevo documental, por la espontaneidad de su realismo, y por su forma de reflejar el ambiente cultural neoyorquino de la década de 1950. 



Cassavetes, también actor (desarrolló una carrera bastante brillante en Hollywood), otorga prioridad al trabajo con los actores, cuyos cuerpos y gestualidad dominan el desarrollo de la intriga. Filma escenas semi-improvisadas y apuesta por el planosecuencia, no como una demostración del tecnicismo, sino para poder observar mejor los comportamientos, para captar los instantes de veracidad jugando con la duración. Así es como coloca las bases de una obra muy personal, que desarrollará durante la década de 1970, a partir de Faces (1968). Entre tanto, solicitado por los estudios deseosos de aires de renovación, realiza dos películas, filmadas en condiciones de producción más clasicas, pero rigurosas y ricas en emociones: Too Lates Blues (1962), una película con un clima más personal que trascurre en el mundo del jazz, y Ángeles sin paraíso (1963), dotada de una cierta profundiad psicológica.

Autofinanciado y filmado por partes, en 16mm y en blanco y negro, Faces inaugura una serie de las grandes películas realizadas de forma totalmente independiente en Los Ángeles. Absolutamente al margen de los modelos hollywoodienses imperantes, Faces sólo se compone de ocho secuencias y de un relato que se desarrolla en menos de una jornada. Filmando con la cámara al hombro en sólo dos decorados, acechando a los intérpretes y a sus emociones, acentuando la duración de los planos. Cassavettes provoca la improvisación ("Sin improvisación, no hay arte posible", afirma en aquella época). Todo ello implica una complicidad excepcional con los actores: su mujer, Gena Rowlands, Ben Gazzara, Peter Falk, Seymour Cassel, pero también actores aficionados, amigos y familiares a los que otorga papeles secundarios. Todos ellos, del más famoso al más anónimo, adoptarán su método y permanecerán fieles a él. Husbands (1970), rodada dos años antes de Faces con medios materiales más ambiciosos, muestra de forma magnífica la valía de este método. Retrato de tres hombres maduros y aposentados en la vida que van a la deriva (Gazzara, Falk y el propio Cassavetes), pero bruscamente confrontados al vacío de su existencia con la muerte de su mejor amigo, la película aterna sin dificultad la melancolía con la comicidad. Menos ávida de primeros planos que Faces, denota una gran pericia en la observación de los comportamientos. Para Cassavetes, el significado debe venir dado por el gesto, más que por el verbo. En 1974, Una mujer bajo la influencia ofrece al menos la misma cantidad de secuencias antológicas que Husbands, y aporta un plus de coherencia al proyecto de descripción psicosociológica del sujeto, por tratarse de una mujer con un comportamiento ligeramente desfasado con relación a su entorno y a las costumbres sociales. Cassavetes y Gena Rowlands ofrecen en esta pelícla un retrato femenino inolvidable, dotado de una exepcional espontaneidad. Con la misma inspiración, con sensibilidad, pero también con una cierta mezcla de sentido del humor y de amargura, Así va el amor (1971) describe el encuentro improbable y la unión de dos personajes dispares, con largas secuencias y un juego de contrastes entre los distintos tipos sociales.

Cassavetes, rehuyendo cualquier tipo de concesión, ha aplicado su método a temas más clásicos: The Killing of a Chinese Bookie (1976) es una película de cine negro que versa sobre la extorsión y un contrato para matar, pero cuyo tema central consiste en el vagabundeo nocturno del protagonista y cuya forma corresponde a la de una duración cinematográfica largamente estirada. Igualmente, el ritmo trepidante de Gloria (1980), en la que Gena Rowlands se hace cargo, defendiéndolo con su propio cuerpo, de un niño perseguido por un mafioso, otorga preeminencia a los tiempos muertos, lo que hace que la violencia quede relegada ante la ternura. Más compleja, pero igualmente lineal, Opening Night (1977) ofrece el retrato de una mujer en crisis que se desenvuelve en el mundo del teatro. En la muy conmovedora Corrientes de amor (1983) volvemos a encontrar el amor de Cassavetes por las digresiones llenas de sentido, el rechazo por los guiones rectilíneos, el montaje discontinuo -las mismas cualidades que en Una mujer bajo la influencia, con algunos puntos en común entre los dos personajes femeninos, el frágil umbral entre la locura y la normalidad, la puesta en escena de los errores cometidos por las personas en busca de afecto, la expresión de los sentimientos confusos para definir mejor la complejidad de los individuos descritos y puestos en escena. Aunque la película esté basada en una obra de teatro de Ted Allan, propuesta por los productores a John Cassavetes, la cercanía del fallecimiento del cineasta nos permite considerar a Corrientes de amor, magníficamente interpretada por la pareja Cassavetes-Rowlands, como el conmovedor testamento del cineasta.

FILMOGRAFÍA
1959 - Shadows
1962 - Too Late Blues
1963 - Ángeles sin paraíso (A Child Is Waiting)
1968 - Faces
1970 - Husbands
1971 - Así va el amor (Minnie and Moskowitz)
1974 - Una mujer bajo la influencia (A Woman Under the Influence)
1976 - The Killing of a Chinese Bookie
1977 - Opening Night
1980 - Gloria
1983 - Corrientes de amor (Love Streams)
1986 - Big Trouble

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