jueves, 15 de agosto de 2013

PERSONAJES: Harry Callahan

A principios de los setenta, la criminalidad se había disparado en Estados Unidos, y se consideraba a San Francisco como la segunda ciudad más peligrosa del país: uno de cada veinte de sus habitantes había cometido algún delito. Mucho trabajo para Harry Callahan, inspector de policía capaz de terminar con los asaltantes de un banco sin dejar el almuerzo para más tarde. Todo gracias a su Magnum 44, herramienta de trabajo y único amigo para un tipo solitario, compungido y de métodos expeditivos que aparenta odiar a todo el mundo, sin distinción de razas, como gusta de precisar para que no haya malentendidos. Así le conocemos en Harry, el sucio (Dirty Harry, Don Siegel, 1971), estupendo thriller que no ha hecho más que ganar poder de persuasión con el paso del tiempo. Le seguirían cuatro secuelas que acabaron de dibujar los rasgos de un icono que, posteriormente, ha servido de inspiración a cualquier tipo duro con ganas de empuñar un arma en la pantalla. 


En un momento del film, Harry pasa junto a un cine en el que se proyecta Escalofrío en la noche (Play Misty for Me, 1971)", ópera prima de Clint Eastwood. Harry el Sucio es Clint Eastwood, pero podría haber sido Frank Sinatra, John Wayne o Paul Newman, actores de probada eficacia en el terreno del thriller que, por diferentes motivos, se desentendieron del tema. En cualquier caso, con ellos la película no habría sido la misma. El personaje acabó de cobrar forma cuando Eastwood, a través de su productora Malpaso, se hizo cargo del proyecto confiando la dirección del mismo a Siegel, maestro con el que ya había trabajado en La jungla humana (Coogan's Bluff, 1968), el western urbano que prefigura Harry, el sucio. Antes que sus cuatro y nada desdeñables secuelas, el primer caso del inspector Callahan destaca por haber fundado un mito, el del mesías de un nuevo cine de acción. No en vano la primera palabra que pronuncia Harry en el film es "Jesús". Sale de sus labios al leer la nota amenazante de su némesis, Scorpio, un asesino aniñado de aspecto beatnik (Andrew Robinson) al que se le escapará la misma bendita expresión cuando distinga la inconfundible silueta de Harry esperándole en lo alto del puente de una autopista. Antes, un primer enfrentamiento ha tenido lugar cuando Scorpio trata de asesinar a un clérigo y Harry se lo impide disparando al pie de un enorme cartel luminoso que reza "Jesus Saves".

No es de extrañar que la aparición de un policía brutal que no duda en cruzar los límites de la ley y tomarse a la ligera la presunción de inocencia sentara fatal entre la crítica más liberal de un país traumatizado por Vietnam. Posiblemente sobrepasada por los recientes estrenos de La naranja mecánica (A Clockwork Orange, Stanley Kubrick, 1971) y Perros de paja (Straw Dogs, Sam Peckinpah, 1971), la prestigiosa Pauline Kael, que había defendido con uñas y dientes Bonnie y Clyde (Arthur Penn, 1967), no dudó en cargarse la película tildándola de "fascista". Otros críticos como Roger Ebert siguen apoyando la moción, pese a que, para suavizar las cosas, en la siguiente entrega de la saga, Harry, el fuerte (Magnum Force, Ted Post, 1973), Callahan plantaba cara a un grupo de policías motorizados que habían decidido tomarse la justicia por su mano. Cuando estos, creyendo ver en Harry a su alma gemela, le plantean la clásica dicotomía reaccionaria ("con nosotros o contra nosotros"). Callahan lo deja claro: "Creo que me juzgasteis mal". No solo va por ellos.


HARRY, EL VIDEOJUEGO
Después de La lista negra (The Dead Pool, Buddy Van Horn, 1988), a sus 58 años Clint Eastwood pensó que lo siguiente que le tocaba a Harry era retirarse definitivamente y dedicarse a pescar. Sin embargo, el inspector Callahan sigue dando mucha guerra. Malpaso Company estrenó en el año 2007 un nuevo videojuego sobre el personaje. El primero salió en 1990.

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